Es la primera vez que me animo a pintarla. Es una QUIMERA, es decir, un animal hijo de la Fantasìa.
Con la imponencia de un aguila, la autonomia de un felino,
demasiado perfecto, nada posado ni adquirido a fuerza de nada,
lo que tiene, lo que es, es nato, espontàneo.
Me costò muchìsimo este cuadro, como que pintando pluma a pluma lograrìa un vuelo perfecto para cuando despertara.
Hoy es uno de mis preferidos,
tambièn por que el perfil
lo considero un autoretrato.
Andrea V. Ocampo Gomez