Las personas que pasan por nuestras vidas, ya sea que compartan más o menos viaje o se crucen cual luceros...o rayos destructivos, PASAN POR ALGO, A LA HORA EXACTA Y SE QUEDAN EL TIEMPO NECESARIO PARA ENSEÑARNOS ALGO, PARA REGALARNOS UNA DIRECCION, UNA SEÑAL.
A Piti Pinsach le tocó, aún sin sospecharlo, ni proponérselo, plantarme un sol en el pecho.
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